miércoles, 27 de octubre de 2010

María Rezzo


María Rezzo se cansó del silencio de Dios.
Después de toda una vida de susurrarle oraciones, promesas y plegarias. Después de creer sin cuestionar cuanto dicen los que se denominan representantes de Dios en la Tierra. Y de leer fervorosamente el Sagrado Libro, la vida de los santos, catecismos y breviarios. Después de cumplir rigurosamente con los mandamientos, el dogma, los ritos y las penitencias.

Se cansó del silencio de Dios, y salió a buscarlo.

Se adentró en el fondo de las iglesias, rezongando a todas las imágenes sus quejas por tanta desidia y abandono en premio a sus ruegos.

Apeló a las más altas instancias religiosas, reclamando con justa ira su derecho a sentir la paz interna y la ayuda divina.

Buscó en las misiones, en los hospitales, en los corazones de los necesitados y de los entregados…; solo encontró humanidad.

Salió a los campos, le gritó al mar, visitó a los humildes y se dejó rechazar por los poderosos.

Dios seguía callado, y María pensó que quizás su civilización se equivocaba y Él era de otra religión.

Así que, dejó su casa, su colección de estampitas y su vida de siempre, y se fue en busca de Dios a otros países, hacia el norte y luego al sur, explorando los cuatro puntos cardinales del planeta.

María Rezzo sufría, peleaba y escrutaba, investigando cada rincón en busca de Dios. Pero el silencio era tan amplio como la cantidad de miserias, ambición y engaño que iba descubriendo.

Vio que la fe en ese Dios externo, con distintos nombres, supuestamente omnipresente, omnipotente y con múltiple personalidad, solo había llevado la misma carencia de respuestas a los corazones de los santones y los beatos, la misma ceguera fanatizada en la idealización de las creencias. Y vio y temió que detrás de cada dogma y cada liturgia estaban la imaginación humana al servicio del poder por el control de los demás. Y, claro que de ahí habían surgido el arte, la compasión y la bondad, en muchos casos; pero nada de eso era extra-humano, ni dejaba de existir con la misma frecuencia en quienes no creían en divinidades…

María Rezzo sintió el dolor inmenso de la decepción, la traición de sus semejantes y la frustración del auto-engaño. Lloró una noche entera, sintiendo por primera vez el vacío del universo. Y, al amanecer, observándose a sí misma, vacía de creencias estipuladas, a solas con su interior, sintió que no necesitaba lo que los demás dijeran para estar viva; estaba viva.

No necesitaba compañía; estaba en compañía de sí misma, para ofrecerla a los demás.

No necesitaba recompensa tras la muerte, sino que tenía la alegría de vivir ese momento, y el siguiente, y el próximo.

No necesitaba sentirse amada por sus actos, sino que amaba a pesar de todo.

No era nadie, ni nada, sino que era ella, un ser vivo.

Y le surgió una única y feliz pregunta: cómo no había mirado antes dentro de sí misma, buscando a Dios.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues sí . .
Es así d sencillo . .
Y así d difícil. .

Mª Carmen Callado. dijo...

La verdad de cuanto somos está en nosotros mismos. Quien se afana en religiones para conseguir lo que necesita, sólo encontrará lo que Maria. Ni siquiera rezando, pues el rezo como bien ha comprobado Rezzo, no es lo que otros con su intencionalidad, buena o interesada, han estipulado para que logremos lo que necesitamos.Y será nuestra voluntad la que puede hacer realidad en nosotros aquello que anhelamos. Nada externo a nosotros, ideas de otros o dogmas, puede ser más fuerte que nuestra propia fuerza.

Besos.

Unknown dijo...

Mmmm... Bueno, si, vale...pero... jajaja.

Queeee, sigue asi primita, aunque, permiteme que te diga que busques dentro de ti misma ;)

Marmopi dijo...

Pobre María!!! Y cuántas Marías hay por estos mundos de dios!!! Ups, perdón, le he mencionado sin creerle, porque dios casi soy yo :-D

Cierto relato, que no por ser relato deja de ser verdad. Y qué verdad tan grande! Nos miramos poco dentro. Es cuestión de aprender a vernos y creer en nosotros.

Un beso, mi alma!!!! ;-D

Gar dijo...

No te equiboques , si eso fuera cierto , Dios seria un mentiroso , la ignorancia y la falta de un corazon arrepentido nos apartan de Dios , Maria ( quien , sea uno de nosotros ) no busco a Dios solo quiso justificar su falta de arrepentimiento , no admitio su pecado , y no vino a la Cruz , donde los pecadores son limpiados y restaurados por el Salvador . ¨¨Me buscareis y me hayareis porque me buscareis de todo vuestro corazon ¨¨Jeremias 29-13

Lola Romero Gil dijo...

Gracias a todos por vuestros comentarios.

Mismamente que voy a ser yo dijo...

Viéndola como una historia, pues una historia bonita.
Leyéndola como una fantasía, pues una fantasía bonita.
Sin buscar dobles lecturas, ni opiniones personales sobre la fe y esas cosas. Porqué para eso tendría que poner los pies en el suelo, y no siempre un escrito tiene que ser algo cierto, ni una opinión personal del autor, por lo que soy de la opinión de mejor no buscar trasfondos ni juzgar ideales.

En definitiva bonita historia.

Gar-cia dijo...

Mismamennte......Difiero de ti totalmente , porque si el autor , me cuenta un cuento de principes y princesas , pues vale que le de el enfoque que quiera , pero si se trata de dejar a Dios por mentiroso , pues no , nadie tiene el derecho de tal osadia , ¿Sabes que el sufrio la cruz por ti ? eso no es un cuento , es ademas la base de nuestra sociedad occidental ,y la esperanda y realidad de millones de personas .

Carmen dijo...

Dios lo que se dice Dios no murió en la cruz, a mi siempre me dijeron que fue Jesús. Porque creer en eso de 3 por uno, sólo me lo creo en el lubricante...

Felicidades Atlántida, como siempre esta historia tuya me ha encantado. Y a mi me ha pasado un poco como a la protagonista de tu relato, que la vida me hizo abrir los ojos y también me llevé una gran decepción. Así que haré como ella vivir a tope y mirar dentro de mi.

Besos.

Gar-cia dijo...

Lamento querida Gloria que tu falta de informacion te lleve a esas conclusiones , la decepcion siempre es causada por la falta de realidad y conviccion que llevan a buscar en lugares equivocados , tanto oir cuentos uno al final no sabe que es verdad y que es mentira , se pierde la sensibilidad y la percepcion de lo espiritual , concluyendo que todo es una falacia , mas te animo a buscar a Dios en serio , no esta lejos . lee los evangelios de primera mano , no te limites a lo que te contaron en el colegio . bendiciones

Lola Romero Gil dijo...

Querido Gar-cia, parece que el único que confunde la realidad con la ficción eres tú. Yo cuento cuentos; no lo hago para que se los crea nadie,solo para que los disfruten. Hay quien sí vende cuentos para que sean creídos.

Gracias por leerme.

Un beso,Gloria.

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